Bella Swan siempre ha sido diferente a los demás. Cuando su madre se casa por segunda vez, decide marcharse a vivir con su padre a un recóndito y lluvioso pueblo llamado Forks. Aquí conoce al
misterioso Edward Cullen. Inteligente e ingenioso, Edward consigue atraer la atención de Bella y muy pronto entablan una estrecha amistad. Con el tiempo, Bella termina por descubrir el gran
secreto de Edward: él y su familia son vampiros.
No envejecen, no tienen colmillos y son físicamente perfectos.